Los mayores cuentan que una perdiz construyó su nido en lo alto de un peñón, para así escapar de los depredadores: lobos, zorros..., incluso de los cazadores (aunque esto no parece muy verosímil). Todo fue bien hasta que los polluelos se hicieron mayores y debieron de abandonar el nido. Todos se despeñaron y murieron. Por lo que la ocurrencia de la perdiz se trocó en desdicha. De ahí viene el nombre, Peñón de La Perdiz, de esta piedra que está junto a la Carretera de Granada, una vez pasada la Cerrá de la Gitana.
Vía | Dinamizador
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