Pues eso, que llego el otro día a mi casa, abro el buzón y me encuentro una carta sin sello, de esas que dan sensación de pobreza institucional. La abro y es una especie de notificación de una empresa (¿no sé si existe?) de mensajería. Y, ¡oh sorpresa!, me ha tocado una videocámara digital a mí. A mí que no me toca un número en una tómbola así haya comprado todos los números. Como soy de naturaleza desconfiado, me voy a google y pongo sólo el número de teléfono: 902536886, sin espacios. Y la verdad salta a los ojos como una presa atemorizada en su último intento por sobrevivir ante el cazador. ES UN TIMO, de los gordos. Pero ¡hombre!, que nadie regala nada en este mundo. ¿Alguna persona no se ha enterado todavía?

Para empezar:
Estos timos son cada vez más frecuentes y continuos. Tanto por teléfono como por correo como por e-mail... Creo que debemos de estar con los ojos abiertos y no creernos nada.

Para empezar:
- Todos los 902 no son gratis, así que cuidadín. Mejor, aún, cuidadín con todos los 902, me recuerdan los famosos 609 de los móviles que estuvieron de moda unos años atrás.
- Si no participas, a propósito, en un concurso o rifa o lo que sea, no te toca nada. Porque no has jugado, ¡elemental!
- Nadie te incluye en un concurso, rifa o lo que sea porque es ilegal y los puedes demandar.
- Pero es que nadie se va a gastar un centavo, ni va malgastar un segundo de su preciada existencia (esto leerlo con recochineo) para regalarte a ti un estupendo regarlo, por la cara.
Estos timos son cada vez más frecuentes y continuos. Tanto por teléfono como por correo como por e-mail... Creo que debemos de estar con los ojos abiertos y no creernos nada.
Comentarios