Viniendo por la carretera de Quéntar, se puede apreciar el sentido de las estaciones. Por estas fechas, las alamedas van amarilleando y dejando caer las hojas por el suave empuje del viento que va borrando el tórrido recuerdo del verano ya pasado. Y la línea serpenteante que delata el curso del río se va llenando de un verde pálido y un amarillo intenso, a veces anaranjado brillante. Estas fotos son justo antes de las lluvias.
Vía | Dinamizador
Vía | Dinamizador
Comentarios