La naturaleza nos sorprende, a menudo, con sus formas caprichosas. Este invierno, que ya sabemos que ha sido duro, nos deja esta imagen de un ciprés con dos ramas vencidas por el viento, o por los elementos enfurecidos. Y el resultado es una perfecta imagen de la flor de lis en uno de nuestros parajes más inhóspitos: la Cerra de La Gitana. Llevo varias semanas pasando por ahí y no deja de sorprenderme el perfecto equilibrio de la composición, tanto en una dirección de la carretera como en otra. Además se acentúa por encontrarse en una curva, lo que le da más amplitud y luminosidad a la imagen.
Vía | Dinamizador
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